Dos cosas debe tener en cuenta. Las medidas que tomará cambiarán de acuerdo a su posición, tal como en la guerra. La estrategia variará dependiendo de si va sentado hacia la ventana o hacia el pasillo. Si está en el primer caso, siempre atento, en cada parada del bus mire por la ventanilla hasta donde su percepción se lo permita, asegurando no ser visto por quien suba. En ambos casos, Mujeres con bolsas o niños, además de personas con muletas son los enemigos. Cuando esté hacia la ventanilla, evite por todos los medios el contacto visual con quien pretende arrebatarle su asiento. Si gusta puede ocupar lo que se describe para el segundo caso.
Si por esas lamentables casualidades se encuentra sentado hacia el pasillo, su estrategia será distinta. Antes de que el enemigo ponga el segundo pié en la pisadera debe cerrar sus dos ojos. Relajados, no apretados. Abra la boca y si su nivel de actuación (y su vergüenza) se lo permite, deje correr un hilito de saliva por la comisura de su boca.
Trate de cabecear hacia delante con cada movimiento brusco del bus, y de vez en cuando abra sus ojos como recién despertando de su profundo sueño, sólo para verificar que no ha pasado de su destino.
No se asuste si piensa que el chofer sólo lo mira a usted, es un efecto del espejo retrovisor, el cual crea la ilusión de que siempre tiene puesta la vista sobre su persona y que en algún momento lo desenmascarará frente a todos.
Los ronquidos no son una buena opción y pueden sonar sobreactuados.
Pablo Otaíza Pérez
jueves, octubre 26, 2006
MANUAL PARA NO DAR EL ASIENTO EN UN BUS
Levado a usted por microcuentos a la/s 11:21 a. m. 4 comentarios
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