Extrajo con solemnidad el plateado tarjetero desde sus ropas. La ocasión ameritaba silencio. Lo miró directo a los ojos y le regaló una sonrisa paternal.
La tarjeta de cartón con letras doradas traía su número de teléfono móvil y dirección de e-mail, bajo el nombre Jesús, se leía: Carpintero/El Mesías. Atención las 24 horas.
Pablo Otaíza Pérez
9 comentarios:
te quedaste con el espíritu de recogimiento de la semana santa. en un principio me dio la sensación que era un funeral, después, una vez teminado, el encuentro de fé de alguién. Será así.. sería entretenido encontrarse con jesus en el juzgado, en el supermercado o en la peluquería.
uy el rivas.....tan mesianico que salió...
Chris.
Muy bueno...y el otro microcuento cuando?
TPM
sigo disfrutando de estos maravillosos microcuentos. Gracias por iluminar mi blog dejando tus palabras.
¡Apareció!
¡Por fin!
Yo sabía que no aguantaría en anonimato mucho tiempo más. Maldito Jesús, todavía me debe unas cervezas.
J.
Le envié un mail y me lo rechazó,lo llamé y tiene su línea en reparación, si,si el señor está muy ocupado y se escapa de atender a los pedidos!
Un gusto y muy buen post!!
Me pasas la tarjeta? Necesito q me ayude a arreglar unas cositas de mi vida.
Te he dejado un regalo en mi blog.
besos
Uhm.. tal vez le podría enviar un correo.. y pedirle más horas para mí día.
Saludos!
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