Mientras cruzaba apresurado, el auto lo impactó en la cadera, justo cuando pensaba - con rabia- que las mujeres hermosas siempre caminan por la vereda contraria
Pablo Otaíza
lunes, julio 23, 2007
La Última Cruzada
Levado a usted por
microcuentos
a la/s
6:43 a. m.
5
comentarios
Suscribirse a:
Entradas (Atom)