La vida se pasa rápido. Mas tarde que pronto se dio cuenta que lo suyo no era el saserdocio. Cuando reaccionó, la sotana ya le pesaba y entregar la comunión no tenía la emoción de antaño.
Renunció.
Aportado por Felipe Otaíza
viernes, junio 30, 2006
Levado a usted por microcuentos a la/s 6:47 a. m.
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2 comentarios:
Gracias por el aporte.
Como toda profesión, el sacerdote debe ser vigilado por sus superiores para entregarle el sobre azul en caso de no cumplir bien su trabajo...ahora si sus jefes son los que también están mal..no dios arregla eso.
Pablo
che... es sacerdocio...
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