La cara del padre mezclaba la desesperación y el miedo. Mirando a los ojos rojos de su hijo, después de discutir por enésima vez el mismo tema. Gritó:
-¡¿Hasta cuando vas a querer ser artista?!
- ¡Por siempre!…dijo, dando media vuelta, hurgando en su bolsillo helado, alguna moneda escasa para poder pagar el bus de vuelta.
Guardó el pan con mantequilla que le regaló su madre en su bolso y abrió Rayuela en el capítulo 16…esbozó una sonrisa.
-¡¿Hasta cuando vas a querer ser artista?!
- ¡Por siempre!…dijo, dando media vuelta, hurgando en su bolsillo helado, alguna moneda escasa para poder pagar el bus de vuelta.
Guardó el pan con mantequilla que le regaló su madre en su bolso y abrió Rayuela en el capítulo 16…esbozó una sonrisa.
Pablo Otaíza
6 comentarios:
Hace mucho que escribo
Hace mucho más que leo
Y todavía no leí Rayuela
Creo q Julio se enojaría mucho conmigo, casi tanto como este padre q aquí aparece
Tuve suerte nadie se metió en mi elección de vida.
J.
proyectoazucar.blogspot.com
He saboreado tus cuentos en esta mañana y debo decirte q me han gustado mucho.
En pocas palabras logras decir mucho.
Mientras tenga claro su sueño, espero que el niño siempre tenga coraje para seguirlo.
jej la realidad de un artista. Bien graficado
Salu2
Es mejor una moneda escasa, un pedasillo de pan que no llena el hambre, a renunciar al sueño o a la vocación.
Un retrato de la vida, me ha gustado.
Besos :-)
joder, hagomos lo que queramos si de verda lo queremos y no por tontas rebeldias, yo no podria mutilar a mis hijos impiiendoles ser lo que quieran... me ha gustado tu historia, he ido a buscar rayuela y lo he abierto el la pagina 16 tambien tengo una sonrisa gracias por ello
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